POR: MERCEDES ROA, M.A.
Observando la realidad social y política que se vive actualmente en República Dominicana, se puede apreciar que, como en el pasado, la violencia continúa siendo un medio para los hombres tener el dominio total de todo y establecer,cambiar o preservar determinado orden social.
Esta constante relación entre poder y violencia hace que la violencia sea un tema complejo con consecuencias sociales, políticas y psicológicas, para las mujeres. Visto de esta manera, cabe la necesidad y posibilidad de estudiar esto a profundidad desde diferentes perspectivas. Por lo que resulta interesante que cada mujer se haga la pregunta de qué:
¿Hasta cuándo vamos a estar calladas antes la violencia, de la índole que sea?
¿Por qué razón tenemos que seguir recibir maltrato de quien dice amarnos?
¿Qué está generando que los hombres no puedan dominar la fiera que llevan dentro?
Por esto, y teniendo en consideración que la violencia ha sido una constante de la historia , es esencial asumir desde la misma sociedad un compromiso en la que el ordenamiento social y político se pueda mantener y reformar a través de canales de participación democrática; es decir, por vías pacíficas y dialogadas.
Por tal razón, desde esta perspectiva, hacer especial énfasis en el papel que desempeñan los grupos humanos como protagonistas de esa constante lucha por el mantenimiento, reforma o cambio de determinado orden conductual y social.
En este orden de ideas, el objetivo del presente artículo es tratar de crear conciencia de que debemos todos los sectores sociales, gubernamentales, político, en fin toda la sociedad crear un foro en donde lleguemos a buscar alternativas sobre cuáles podrían ser las causas de que los hombres no puedan dominar la fiera que llevan dentro.
Y llevar un mensaje claro a las mujeres de que hay que sobrevivir a la brutal violencia que por años han marcado a las mujeres y que si bien es cierto que hemos avanzado, pero, aún nos falta mucho por hacer, y que las mujeres estén claras en que un derecho no es un regalo.
Pero lo más importante crear conciencia en los hombres en que las mujeres no son objetos de su propiedad, que son seres humanos con sentimientos.
Y concluyo haciendo un llamado a los hombres, las mujeres, gobierno, organizaciones no gubernamentales, representantes antes los congresos y a las comunidades en sentido general, para aunar esfuerzos para desarraigar todo tipo de violencia contra la mujer del seno de nuestras sociedades y de tratar de domar la fiera violenta que lleva el hombre dentro.
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